La sal que habitualmente se consume en el mundo se obtiene después de un proceso de refinado que arroja granos muy blancos, y que están compuestos en 99.9 por ciento de cloruro de sodio (NaCl), el cual afecta directamente hígado y riñones de quien la ingiere.
En la laguna de Cuyutlán, en Colima, un grupo de trabajadores se dedica a producir la llamada Flor de Sal que contiene apenas 30 por ciento de sodio, además de 84 oligoelementos, por lo cual se sugiere a quienes padecen diabetes, problemas en el corazón o presión arterial alta, principalmente.
Rica en minerales. Hierro, potasio y calcio, son sólo algunos de los 84 minerales y oligoelementos que encontramos en este producto. Hay que ver que todos ellos son beneficiosos para el organismo en dosis mínimas.
Retención de líquidos. La escasa cantidad de sodio que posee, evita la retención de líquidos. Durante el embarazo se puede consumir sin problema.
Según informa la FEC en este informe, “numerosos estudios demuestran que reducir la cantidad de sodio en la dieta reduce la presión arterial”. Por ello, es importante reducirlo máximo posible e incorporar, además, alimentos ricos en potasio que van a ayudarnos a eliminarlo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la población general no debe sobrepasar los 5 gramos de sal al día, pero la indicación en personas hipertensas -expone Aranceta- sería la mitad: unos 2.5 gramos de sal al día, o incluso menos -hasta 1 gramo al día- en pacientes que necesitan controlarse aún más. No obstante, es importante seguir las indicaciones de nuestro médico.
Evitar alimentos con mucha sal
En este apartado, es importante destacar que, en pacientes que aún no tienen hipertensión pero que podrían tenerla si no se cuidan, “sería recomendable usar sales no refinadas como la sal del Himalaya o la flor de sal porque al tener muchas impurezas tienen menos sodio: hasta un 20-30% menos que las sales refinadas”.